Los trastornos por consumo de drogas pueden tratarse effectivamente en la mayoría de los casos si las personas tienen acceso a una amplia gama de servicios que cubran el continuo de problemas a los que pueden enfrentarse los pacientes. Los servicios de tratamiento deben ajustarse a las necesidades específicas de cada paciente en la fase concreta de su trastorno. Entre estos servicios se incluyen la divulgación, el cribado y las intervenciones breves, el tratamiento hospitalario y ambulatorio, el tratamiento médico y psicosocial (incluido el tratamiento de comorbilidades comunes), el tratamiento residencial, la rehabilitación y los servicios de apoyo a la recuperación.
En nuestro centro, utilizamos un enfoque global, integrado y de salud pública para la prestación de servicios de intervención temprana y tratamiento a personas con trastornos por consumo de sustancias, así como a quienes corren el riesgo de desarrollar estos trastornos. Esto se consigue mediante programas de divulgación en escuelas, comunidades, iglesias y entornos profesionales, entre otros.
Procedimiento breve utilizado para determinar la probabilidad de la presencia de un problema, corroborar que existe un motivo de preocupación o identificar la necesidad de una evaluación adicional. Determina la presencia o ausencia de un problema. No es un diagnóstico clínico ni permite hacer un diagnóstico clínico. Los resultados de este breve cribado determinan si es probable que la persona se beneficie de la derivación para una evaluación exhaustiva. También proporciona una oportunidad para la educación, y/o la intervención temprana, nos alerta sobre el riesgo de la intervención y ofrece la oportunidad de reforzar el compromiso de la persona. Utilizamos algunas herramientas de cribado para obtener información sobre la situación (por ejemplo, ASSIST, AUDIT).
Se trata del proceso de definir la naturaleza del problema, determinar un diagnóstico y desarrollar recomendaciones de tratamiento específicas para abordar el problema. El propósito de una evaluación exhaustiva es determinar las necesidades del nivel de atención para el tratamiento del trastorno por uso de sustancias, el tipo de intervención necesaria para abordar el problema, evaluar los puntos fuertes que el cliente aporta al tratamiento para apoyar la recuperación y comprometer al cliente en el proceso de tratamiento.
Análisis en laboratorio. Hemograma completo (CBC), prueba de función hepática (LFT), VDRL, análisis de orina, urea y creatinina, HCG, hepatitis, niveles de glucosa en sangre.
Test rápido de drogas. Toxicología en orina.
Screening. Se realiza para medir la drogodependencia de los pacientes.
Anamnesis y exploración física. El psiquiatra realiza un examen físico completo.
Evaluación psiquiátrica. Es importante tener en cuenta que los trastornos psiquiátricos pueden coexistir con el consumo de alcohol y otras drogas, especialmente el aumento del riesgo de suicidio y autolesiones.
Desintoxicación.
Tratamiento posterior a la desintoxicación (síndrome de abstinencia).
Rehabilitación. AODL, técnicas de relajación/ejercicio, terapia cognitivo-conductual, terapia ocupacional, psicoeducación, estrategias para el manejo de los antojos, Programa de Acompañamiento en el Emprendizaje.
Proceso de planificación colaborativa que apoya las preferencias y la recuperación específicas de la persona que recibe el servicio. Su objetivo es identificar los puntos fuertes, las capacidades, las preferencias, las necesidades y los resultados deseados de la persona. El enfoque de cada caso es individualizado.
Se da prioridad a la continuidad de los cuidados para mejorar la estabilidad tras la rehabilitación, prevenir las recaídas y lograr una vida llena de relaciones gratificantes y un sentido de propósito. Esto puede lograrse mediante la creación de